Ramírez Beltrán, Víctor Manuel.
Antes nunca me ocupé de mis sueños, casi todos los olvidaba de inmediato y los que se mantenían en mi mente los recordaba fragmentariamente; algunos los relacionaba con deseos y temores, y a otros no les entendía nada, me parecían disparatados y sin sentido; los que eran penosos los guardaba en el mayor secreto e intentaba olvidarlos. A veces, dependiendo de lo que estoy experimentando en vigilia, por asociación de ideas, traigo a la mente sueños que tenía olvidados y algunas veces me costaba trabajo distinguir si los había soñado o efectivamente los había vivido. Creo que finalmente hacía la separación correcta. El caso es que durante setenta años prácticamente fui indiferente a mis sueños, durante todo ese tiempo no escuche a mi inconsciente y ¡vaya que me hablaba seguido!