Pacheco Blanco, Anaely.
Ricardo deja atrás Guayaquil y empieza una nueva vida en Ãmsterdam que lo precipita a una reflexión sobre la propia idea de la libertad. Se aventura a explorar y a experimentar con sus nuevos escenarios de independencia sexual, asumiéndose por fin agente de un libertinaje sin ataduras en el que se siente reafirmado. Pero su falta de pertenencia a su nuevo entorno le impedirá construir una identidad que deje de estar constreñida a los obsoletos condicionamientos con los que arrastra, pues basta el rechazo para que se deshaga su afán de libertad, basta la soledad para sentirse ajeno.