La educación infantil implica no solo el desarrollo de la inteligencia en el plano intelectual, sino también en el aspecto socioemocional, pues juega un papel importante en el crecimiento del niño, al ser la que lo va a preparar para enfrentar y resolver los problemas de la vida cotidiana.En opinión de Guillermina Baena, trabajar con las emociones es fundamental; y es algo que puede y debe moldearse desde la edad preescolar. Es por ello que dedica este texto a los maestros que tengan la disposición de educar la inteligencia emocional de los niños; para que estos logren ser mejores personas y tengan una mejor calidad de vida.La autora propone un sistema integrador para la formación de la inteligencia emocional basado en el manejo de las emociones, tanto para padres como para maestros, donde aflore la sensibilidad de los niños en todos los sentidos.