Sánchez Pérez , Manuel.
La familia Oprea siempre lidió sin tregua con la muerte y con los hijos del que no muere. Mientras que las mellizas Ruxandra y Crina Matei crecían en un mundo que se bañaba en sangre, una sangre que proporcionaba longevidad a quienes se nutrían sin ningún escrúpulo de ella. La oscuridad los miraba a todos desde cristales mojados, pero aunque nadie quiere cruzar al otro lado la puerta siempre está abierta y hay quien entra y sale por ella.