El diseño de un libro ha sido influido por las preferencias y los hábitos de los lectores y del contexto cultural que los rodea. El soporte electrónico, tan maleable, modifica las prácticas personales y sociales tradicionales y, en consecuencia, reta y cuestiona el papel que los diseñadores desempeñarán en el futuro. En esta investigación se busca entender esto desde lo conceptual, a fin de contar con orientaciones que trasciendan el corto plazo.