Antonio Castro Leal disecciona en este breve ensayo aquellos elementos que el español revela de las culturas que lo comparten. Encuentra que la fertilidad de esta lengua no permite su homogeneidad y que querer encasillarla en una sola forma correcta sería negar los préstamos, matices y virtudes que los distintos pueblos han añadido a ella. Este ensayo es una reflexión sobre el español y la manera en la que analizamos la lengua.