"El cuerpo vuelve a ser en Miguel Aguilar una obsesión recurrente, y en ?Entre la luz sitiada, áspera luz? vemos cómo éste se anuda más en lo cotidiano, en la monótona realidad. En este libro resurge el tema del cuerpo, pero no como el deseo que leíamos en el poemario anterior del escritor, ""Muchacha en la playa?, sino ahora con la presencia de un cuerpo estático; reflexivo, mas no derrotado. [Diana Rodríguez]"