Esta obra describe de qué manera, a partir de la revolución francesa de 1798, los grandes sistemas de pensamiento se centraron en la Historia y su necesidad; acota la experiencia trascendental mediante una serie de abordajes periféricos; expone críticamente lo que sobre la experiencia han dicho filósofos y sociólogos; despliega la experiencia como proceso; se ocupa de algunas expresiones de la acción colectiva no instrumental sino performativa y aborda el alzamiento de 1871 como una experiencia desnuda que integra hechos, conceptos, vivencias e iluminaciones.