Este título trata sobre las exploraciones predatorias del cónsul norteamericano Edward H. Thompson en Yucatán, que tuvieron como resultado la salida ilegal de alrededor de 30 mil piezas arqueológicas, sin que fuera detectada a lo largo de 30 años gracias la complacencia de Porfirio Díaz, Felipe Carrillo Puerto y otros funcionarios menores.