Pasaron dos minutos de angustiosa expectativa. Aquel grito extraño no tuvo repetición; reinaba el más profundo silencio en la selva. Hasta las palomas. los faisanes. los calaos de mandíbulas de sierra y los papagayos. eternos parlanchines. habían suspendido arrullos. gorjeos y cánticos. como si los hubiera asustado. lo mismo que a los hombres. aquella imprevista señal de alarma. o lo que fuere.