Desde mediados de la década de 1980 se ha vuelto una exigencia el considerar la inserción de las economías nacionales a una economía global. El punto de partida de esta obra es el de cuestionar esta afirmación. Sostiene que la dificultad de dicha inserción a lo global estriba en que el ámbito de la política económica nacional sigue siendo estructurado desde su actor esencial: el Estado-nación. quien actúa por medio de las políticas monetaria y fiscal.