La familia como un universo de amor, solidaridad y afecto. Pero, también, como un espacio concentracionario donde afloran la envidia, las frustraciones y el rencor. Y en torno a ellas, o insertos en el corazón mismo de sus complejas dinámicas: los perros. A veces se resignan al papel del mejor amigo del hombre que el lugar común les ha atribuido, otras se insubordinan y provocan auténticos motines. Humanos y canes en un juego de espejos. Unos y otros se apoyan en los momentos de máxima desesperación, pero también son capaces de lastimarse sin motivo o de atacarse mutuamente sin piedad. Un hombre sumará varias tragedias en su día libre. Un responsable padre de familia con ansias de infidelidad experimentará un apocalipsis. Un escritor insomne rumiará sus fracasos. Una mujer se liberará de las ataduras de su promisorio futuro. Un ex periodista será secuestrado por la vejez y sus parientes. Y siempre, cerca de ellos, los pasos de un perro.