El concepto de interseccionalidad se ha convertido en una herramienta intelectual, aunque también política, para caracterizar y criticar las relaciones de mutua influencia, y de recíproco escalamiento, de sistemas de opresión como el sexismo, el racismo y el clasismo que, de otro modo, sólo se entenderían de manera unilateral. También se ha convertido en un recurso para identificar e incluso convocar a la dinamización de las identidades grupales en el marco de las relaciones asimétricas de dominio y privilegio que caracterizan a las sociedades contemporáneas. El propósito en esta obra colectiva, coordinada por Jesús Rodríguez Zepeda y Teresa González Luna, es doble: por una parte, ofrecer una revisión teórica y metodológica de este concepto; por otra, discutir de manera crítica las posibilidades de aplicación del principio de interseccionalidad a otros ámbitos y a otras relaciones de dominio y desigualdad. De este modo, la agenda de la interseccionalidad se presenta como una oportunidad para integrar analíticamente campos de dominio, desigualdad y opresión que tradicionalmente se han revisado por separado, como la migración, el refugio, la experiencia de grupos etarios, la discapacidad e incluso la construcción de las identidades biográficas o subjetivas.