Tanur Tatz, Bernardo
Cuando Bernardo Tanur explica su vida y su profesión acude a una máxima de hace 2500 años atribuida a Hipócrates, padre de la medicina: lo importante es no dañar (primum nil nocere). Qué simple, quizá pensemos. Es así, pero ese humilde principio que privilegia la integridad del paciente es un impulso transformador del mundo: el bien y la justicia como guía de cada uno de nuestros actos. En sus manos están las memorias de un médico con casi 90 años de vida asombrosa en la medicina mexicana y en una especialidad, la medicina interna, cuya esencia es el humanismo: curar sin el trauma de intervenir el cuerpo quirúrgicamente.