"Los recuerdos de familia ocupan un sitio muy especial dentro de la memoria. Sin embargo, en este archivo personal las ausencias también habitan el espacio. Como si fueran fotografías veladas, estas imágenes en blanco cobran vida, se iluminan en el preciso momento en el que rememoramos a aquellos que se han ido para siempre. Luego, vuelven a apagarse lentamente. En Los contradioses, Carlos Ramírez Vuelvas abre su álbum personal para evocar, a través de fragmentos precisos de sus recuerdos más intensos, la vida familiar, los personajes del barrio, los juegos, la música, pero, sobre todo, a quien nunca tendrá el caos ni ""las cosas sencillas que aún guardan la risa de los niños"". A la manera borgiana, estos poemas aspiran a impedir que el incesante y vasto universo imponga las reglas del olvido o de la atroz vuelta de página. Como dijo Ausonio, según la cita de Alfonso Reyes, ""el deber más santo de los que sobreviven es honrar a los que ya se fueron"".
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