Esta es una novelita impresionante pero considerablemente anómala: estas dos cualidades tienen que ver con el hecho de que el libro resulta ser a la vez universal y particular. La ?enfermedad? que el protagonista se ha auto diagnosticado ?una mezcla de ostentosidad y autodesprecio, de furia y cobardía, de fervor e incapacidad? lo convierte en una figura universal en la que todos podemos ver parte de nosotros mismos, la misma clase de personaje literario que no envejece nunca, como Ayax y Hamlet.