El sector financiero, la política monetaria y las políticas públicas han sido objeto de mayor atención a partir de 1995, cuando se experimentó en México la primera crisis de la globalización financiera, sobreviniendo otras cercanas a lo sistémico, como la de 2009. La importancia de entender y prever el funcionamiento de la política monetaria se acrecienta en regímenes de tipo de cambio flexible, como el que se instauró en 1995, dado el papel que adquiere el Banco Central. Lo mismo sucede con el quehacer de los bancos comerciales y los fondos de pensiones, que manejan los ahorros de la sociedad y financian la actividad económica. Por su parte, las políticas públicas ganan relevancia a la luz de las crecientes necesidades de financiamiento no inflacionario de las políticas sociales, la infraestructura y la Covid-19. Qué mejor que enfocar el análisis con una serie de modelos sectoriales y, en el resto de casos, con una perspectiva de largo plazo.