Esa mañana Casilda despierta con un pequeño antojo, corre el mes de abril y nada le parece más perfecto que morir. Nada que no haya pensado antes, pero esa mañana pinta un aire de posibilidad.
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Puede obtener más información aquí o cambiar la configuración.