"Esta obra comete un cambio de óptica para entender de otro modo el debate que gira de forma obsesiva en torno a la exaltación de las masas y la reivindicación de los menesterosos. Es fundamental no perder de vista que la crítica nietzscheana no es meramente negativa, sino que también suscribe un momento propositivo de abierto convite creativo; la ""gran política"" nietzscheana se constituye en una crítica radical a la democracia de masas y al hombre gregario como herederos directos del nocivo nihilismo cristiano."