La tesis principal de esta obra sustenta que hay posibilidad de una interacción en donde lo social, lo político y lo económico moldean el territorio; así como el mismo territorio, el paisaje y la configuración del espacio moldean las relaciones sociales, la cultura y la arquitectura. A partir de estas consideraciones, la autora observa detalladamente el noreste mexicano y hace un recorrido por las moradas de las milenarias culturas que lo conforman.