Los trabajos reunidos en este volumen surgen de la violencia inherente al ser humano en tanto individuo y colectividad. Esta violencia parte y vuelve al cuerpo mismo, el cual es metaforizado por Ramón Cotarelo como una fuerza natural que puede estallar en cualquier momento. El crítico señala que la manifestación más visible de la violencia se despliega sobre el cuerpo propio y el de los otros. La violencia desde, sobre y contra el cuerpo es el hilo conductor en los trabajos de este volumen. La significativa mayoría, además, se ocupa de la violencia de género, aquella infligida en los cuerpos y en la psique femenina, al igual que en cuerpos y mentes feminizados. La reflexión y la lectura de los estudios incluidos en este libro dirigen la atención a dos conceptos que convergen con métodos críticos para continuar con el examen de la violencia en las múltiples formas que proveen las artes y medios audiovisuales: interseccionalidad y la normalización que expone el riesgo de la neutralización crítica. La interseccionalidad crítica aplicada a la violencia de género considera la dinámica que se establece entre identificadores de género, clase, raza, etnia, orientación sexual y religión, entre otros, de los sujetos que son violentados así como de aquellos que ejercen la violencia. Un análisis que tenga en cuenta la interseccionalidad es indispensable para lograr un entendimiento cabal del tema y las manifestaciones del poder opresivo entre sujetos y colectividades. De la misma manera en que los autores y actores de las obras referidas en este volumen buscan la reacción de sus interlocutores, la labor de los críticos literarios, artísticos, sociales y humanísticos que participan en esta obra se somete inevitablemente al escrutinio de ese espacio que se crea entre lo que decimos y lo que aspiramos lograr. Y es en este punto en que las acciones de los intelectuales, como las de los creadores, escritores y artistas, se intersectan con el activismo social y político del presente y el porvenir.