Ocho poemarios en los que Gabriel Trujillo despliega las excepcionales aptitudes que le permiten concebir textos con una mirada plural: entona su salmodia por momentos, otras veces se adentra en el mito y lo transforma, o bien, lee el mundo como si fuera el Libro de las mutaciones y construye su biografía o la imagina. El eje común de la obra es la fuerza de cada poema, la lúcida construcción del verso, la capacidad de trasgredir el mundo a placer.