La poesía de Kenia Cano llega en esta obra a una maduración llena de profunda intensidad. También de colorido. Hay aves y muchos otros animales [y] esa constante se inserta en los poemas de una manera entrañable y enigmática. Se liga también a algunas predilecciones pictóricas de Kenia Cano, haciendo que su obra encuentre tal vez una de sus definiciones en la línea común que surge de la pluma y el pincel. [Elsa Cross]