En México, se apuesta a la educación como la herramienta más eficaz para disminuir la violencia; sin embargo, en el interior de las Instituciones de Educación Superior (IES) esta problemática es una constante. En este libro asumimos que el enemigo número uno de la sociedad mexicana es la cultura de la simulación y reiteramos que, para enfrentar los problemas sociales actuales, las universidades deben asumirse como un espacio donde se deben reconocer, atender y prevenir las violencias para generar estrategias que promuevan una cultura de respeto, tolerancia, solidaridad y, sobre todo, compromiso social. Por ello, sostenemos que las IES son las encargadas de la transmisión del conocimiento científico y humanista capaz de resolver los problemas y satisfacer las necesidades de la sociedad a la que se deben, así como prevenir las contingencias y disminuir los impactos negativos de fenómenos previsibles, entre ellos, la violencia que golpea nuestro contexto.